La actual economía mundial afronta grandes retos, nada fáciles de dimensionar, las crisis de deuda en la eurozona amenazan la estabilidad financiera del viejo continente y por supuesto los mercados internacionales parecieran no querer mostrar signos de confianza, por otro lado el posible recrudecimiento de la desaceleración económica china llama la atención y prende las alarmas en diversos países alrededor del mundo, el modelo parasitario chino ya genera signos de dependencia debido al problema que suscita la coyuntura europea, entendiendo que Europa es el principal socio comercial de china es fácil suponer que el intercambio comercial disminuya con una simple mirada sobre el panorama Europeo.
La inversión directa de los 27 miembros de la Unión Europea en China disminuyó 33.3% en el primer bimestre del año 2012 respecto al mismo periodo del año 2011, al sumar 906 millones de dólares, con la economía europea enfrascada en políticas de estabilización fiscal tan fuertes y poco razonables desde el punto de vista del crecimiento, difícilmente los niveles de flujo de capital por intercambio comercial retornen a los niveles experimentados durante los periodos de mayor auge, no es necesario realizar grandes estimaciones y proyecciones para saber que estos es así, basta con saber que sin un aumento de la producción agregada de las naciones y por ende del consumo no es posible generar crecimientos en los coeficientes macroeconómicos de las economía, o en otras palabras no podrá generarse el suficiente crecimiento como para sostener una relación comercial de tan alta magnitud.
Se evidencia en realidad que China puede estar experimentando una real y profunda desaceleración económica debido al impacto de la crisis ya mencionada, la menor demanda comercial en el exterior solo acentúa el problema ya que desbarajusta la proporcionalidad en los términos de intercambio, lo que a la vez se traduce en fuertes variaciones en los precios que en un momento determinado causa problemas en las diversas balanzas comerciales involucradas en este ciclo.
Pese a la evidente tendencia, el Fondo Monetario Internacional prevé para China un crecimiento de un 8% al cierre de 2012, algo que para muchos economistas resulta difícil debido a la suma de factores ya mencionados, que imposibilitan estos niveles de dinamismo económico.
Según el plan de desarrollo chino para el 2012 se indica que los objetivos económicos del país para este año, (asumiendo la bajada en el PIB) el gobierno se propone reorientar los diversos sectores para que concentren su labor en la aceleración del cambio de modelo de desarrollo económico y una mejora efectiva de su calidad y rentabilidad, por supuesto todo esto obedece al objetivo de garantizar un desarrollo económico y político integral más duradero y por supuesto de mayor calidad.
Estadísticas oficiales del gobierno chino publicadas en su plan Quinquenal pronostican “que el saldo favorable en el intercambio de bienes y servicios se reducirá, luego de caer 14.5%, hasta 155 mil 140 millones de dólares, en el ejercicio anterior. En 2010 ese balance fue de 183 mil 100 millones de dólares”.
Como dato, la creación de 9 millones de empleos en 2012 hace parte del plan fundamental para el alza de los precios al consumidor en torno al 4%, nivel inferior al del año pasado, cuando subieron 5.4%.
No obstante al adverso panorama que afronta el gigante asiático, China se propone aumentar considerablemente su demanda interna, incluido por puesto el consumo interno de fundamental importancia si se quiere incentivar la generación de empleo directo esencial para un desarrollo económico a largo plazo, estable y solido.
